jueves, 6 de agosto de 2009


Parece mentira que la primavera me haya dejado un sabor tan agridulce en los sentidos.
Como se ha permitido la muy grosera de entrar en un corazón blindado por el dolor y la dureza, como el mío. Y convirtiendo la frialdad en simples carcajadas que se pierden en la madrugada acompañadas por un cigarro consumido.
Como el aire golpea sin ningún tipo de miedo el alma, las ganas y la sed de ti. De tu olor.
Sin pedirlo, me encontré entre tus ojos y tus sábanas sin ninguna posibilidad de escapar, o de querer que exista.
Sin pedirlo, también me encontré montada en una ilusión a 80 km/h, mirando como el mar o las margaritas de tu jardín me saludaban alegremente riéndose de la cobardía que sudaba a cada instante a tu lado.
Me encontré abrazada a ti, sintiendo el corazón más cerca incluso que tus labios, sin pedirlo por supuesto.
Un corazón, que extrañamente, había quedado de nuevo a merced de unos ojos oscuros y una sonrisa infinita.
Me volví a ver metida, en cuestión de semanas, en otro camino que se había cruzado sin querer en el mío.
Y sin querer también, aprendí a sentir temor por las consecuencias que podían causar mis impulsos y mis emociones.
Aprendí a esperar las horas necesarias y recopilar las excusas más subrealistas, para así poder picar a tu día, y regalarte todo el tiempo que había estado esperando.
Comprendí que cuando sentía tu olor rasgandome la piel, tus palabras encadenandome a tu cama, tus manos trepando sin ningún pudor por mi espalda y mi serenidad, no era casualidad que la mirada que nos unió una tarde fría de febrero nos hiciera tocar la mayor locura de nuestras vidas.


Ahora, después de tantas miradas y caricias robadas en cualquier lugar, puedo decirte que esto no fue sin querer.
Ni casualidad.
Si así hubera sido, amor mío, tendría que decir que creo en los milagros. Y eso tambien sería creer en Dios.




Lidia V.

2 comentarios:

  1. Las primaveras del amor son la confirmación de los milagros. Un gran beso.

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  2. Me encanta como expresas lo que sientes. Creo que tu blog va a acrecer mucho y muy rapidamente. Yo tampoco creo en causalidades tan casuales, una cosa es encontrarse un euro en la acera y otra coincidir tantas veces con la felicidad. Hay el amor..
    Muchos besos
    :)

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